lunes, 22 de octubre de 2012

El piloto sovietico que se adelantó a Baumgartner

En septiembre de 1939, mientras los alemanes invadían Polonia, un joven soviético de 24 años se dispuso a hacer historia a 10.000 metros de altura. Se llamaba Jakov Solodovnik y en pocos minutos iba a convertirse en el primer hombre en saltar al vacío desde la estratosfera. Al contrario que el atleta austriaco Felix Baumgartner, cuya hazaña fue seguida la semana pasada por millones de personas en todo el mundo, el gran salto de Solodovnik sucedió en una soledad total y su resultado fue silenciado por el régimen comunista. Aún hoy, su hazaña es prácticamente desconocida.


Jakov Solodovnik con el traje presurizado que usó para su salto estratosfércio en 1939. /

El salto de Solodovnik era pura estrategia militar. Su objetivo era probar un nuevo traje presurizado diseñado para que los aviadores pudiesen saltar desde alturas inconcebibles para aquella época. En esos años, los aviones militares comenzaron a volar por la estratosfera , lo que les permitía pasar desapercibidos ante el enemigo y no ser alcanzados por las defensas antiaéreas. Pero un paracaidista saltando desde una altura de más de unos 4.000 metros podía morir asfixiado o aniquilado por el cambio brusco de presión, por no hablar de las gélidas temperaturas que experimentaría en la caída.

El traje del joven lo tenía todo. Era un mono teñido de rojo chillón recubierto con piel de ardilla. Las botas, también forradas de piel hasta las corvas, parecían las de un trampero del Oeste. Colgando del traje iban las bombonas de oxígeno que debía usar durante el descenso y los paracaídas que frenarían su caída. Por dentro: ropa interior térmica hecha de seda. Un casco de metacrilato con bandas de alambre electrificadas para evitar que se helase completaba una indumentaria que, en resumen, era el antecedente de los trajes presurizados que usarían los cosmonautas soviéticos años después.




Las pruebas de septiembre se habían planeado a toda prisa ante la inminencia de una guerra total. Un mes antes, Solodovnik casi se asfixió probando el traje en tierra, porque el sistema para abrir la espita del oxígeno no funcionó. Su compañero en la misión no soportó el entrenamiento y se retiró del programa.


El casco de metacrilato llevaba tiras de alambre electrificadas para evitar la congelación que no funcionaron. 

“Estoy rodeado de silencio y oscuridad salvo por la fina franja de luz entre las dos puertas del avión. Al otro lado hay un abismo de 10.000 metros que me separa de mi madre patria”, escribió Solodovnik en un artículo publicado en la revista Juventud Tecnológica casi cuatro décadas después, cuando el silencio oficial que pesaba sobre su misión quedó olvidado.

Tras una ascensión de casi una hora, todo estaba listo para la prueba definitiva. A 10.200 metros la compuerta del avión se abrió y Solodovnik se asomó para ver el suelo. “Me suelto del avión y me dejo caer. Siento que el estómago se me retuerce como un sacacorchos. La velocidad aumenta muy rápidamente y a esta altura alcanza los 100 metros por segundo”, rememoraba el piloto. Pocos segundos después se le congeló el visor y le dejó casi ciego. Al igual que le sudedió a Baumgartner, el saltador soviético comenzó a dar vueltas sin control. El traje presurizado se hinchó como un globo, tanto que su mano no alcanzaba la anilla para abrir el paracaídas. Además, la ropa interior de seda se le había enrollado en el brazo convirtiéndose en una atadura.




“Era un bicho raro”, recordaba Masha Gessen, sobrina nieta de Solodovnik, hace unos días en el International Herald Tribune. De origen judío, Solodovnik quería ser piloto de pruebas, pero había sido asignado a aviones aburridos en los que no había retos para el joven. “Veía en la caída libre una forma de avanzar en su carrera”, relataba Gessen.

Aquel día de septiembre Solodovnik logró alcanzar la anilla. El paracaídas se abrió y el joven gritó de dolor por el fuerte tirón. Minutos después ya estaba en tierra y una campesina le miraba sin dar crédito a lo que veían sus ojos. Salió huyendo antes de que aquel hombre caído del cielo, con escafandra y traje rojo, pudiese decir nada. Solodovnik tardó en poder quitarse el casco, desabrocharse los correajes y desgarrar su ropa interior hasta quedar con el pecho al aire, jadeando. Después rebuscó en sus bolsillos, se encendió un cigarrillo y miró al cielo azul mientras esperaba a que vinieran a recogerle.



Cuarenta años después, el paracaidista escribió que volar a 10.000 metros era ya algo corriente hasta para los aviones de pasajeros y su traje peludo y rojo se había convertido en “una pieza de museo”. Pero también recordaba que, aunque “los trajes actuales permiten a los astronautas viajar a cientos de kilómetros de la Tierra, todo comenzó con un primer traje muy aparatoso”.

miércoles, 10 de octubre de 2012

El corazon memoriza apetencias y deseos



Esto explicaría el hecho de que la personalidad de los que viven con un corazón trasplantado sufra transformaciones radicales. Lo que nos lleva a concluir que el corazón posee un sistema que contiene memorias codificadas,
El corazón es el órgano más fascinante del ser humano, afirma el cirujano cardíaco Josep M. Caralps. Una tesis que ha revolucionado a la comunidad médica: es que en el corazón se generen los propios deseos, sentimientos y emociones, teniendo como medio transmisor el cerebro.

El doctor Josep Maria Caralps, asegura que el corazón genera sentimientos y el que recibe el corazón puede sentir ciertas cosas que sentía la persona fallecida. El corazón es un órgano vivo que siente y tiene memoria.

Se ha comprobado que personas trasplantadas de corazón han sentido cambios en su personalidad, notando deseos y sentimientos que no tenían antes de la operación y que curiosamente sí los tenia el donante del órgano. Un cambio de corazón, entre diferentes sexos destaca los cambios en sus nuevos gustos, gestos y personalidad.

Por extraño que pueda parecer, se vienen recogiendo informes de personas que tras un trasplante de corazón alegan haber adquirido gustos, hábitos y aptitudes memorizadas de los donantes.

El corazón genera sentimientos

Esto se ve constantemente en los trasplantados de corazón, que manifiestan sensaciones y sentimientos que eran propios del corazón del donante. Todo indica que en el corazón se van almacenado sensaciones gustativas, apetencias, etc., que luego las siente el trasplantado. Siente una especie de cambio en la personalidad propia.

Notamos que el corazón se convierte en un termómetro de nuestras emociones. Cuando nos pasa algo importante, nos damos cuenta de que el corazón late más deprisa, notamos incluso los latidos en el cuello o en las sienes y esto hace que incorporemos el corazón a nuestras manifestaciones emotivas constantemente.

En la Biblia el uso de la palabra corazón está circunscrito a los funcionamientos del corazón del hombre como la central generadora de los deseos, emociones y afectos de uno, el lugar central que viene a abarcar las capacidades generadoras de motivos. Prescindiendo de lo que todavía aprenda la ciencia médica acerca del corazón humano, la Biblia definitivamente hace una distinción entre la mente y el corazón; ¡qué importante es salvaguardarlo, a medida que llegan a él impresiones procedentes de los sentidos y como resultado de las acciones recíprocas del corazón manda actuar en la mente!.

Aunque las sensaciones del corazón se interpretan y sacan conclusiones en el cerebro, es en el corazón donde se hace que tengan efecto sus deseos y sus afectos en el proceso que tiene que ver con las motivaciones. Es interesante observar, también, que el corazón es uno de los primeros órganos del cuerpo que es afectado por circunstancias emocionales.

Una cosa si ocurre, al perder su corazón se le han quitado las capacidades adquiridas que se han formado en el corazón a través de los años y que contribuían a formar lo que era en cuanto a su personalidad.

El Dr. Schneider, sostiene que el corazón además de una bomba con batería neuroendocrina, tiene un pequeño cerebro propio, los nódulos S A y A V y el haz conductor, y las pequeñas ondas procedentes de este haz se pueden discernir junto con cada onda del corazón en un ECG [electrocardiograma].

El corazón es una bomba muscular diseñada maravillosamente, pero, más significativamente, nuestras capacidades para emoción y motivos están construidas dentro de él. El amor, el odio, el deseo (bueno y malo), la preferencia de una cosa en vez de otra, la ambición, el temor... de hecho, todo lo que sirve para movernos en relación con nuestros afectos y deseos brota del corazón.

Es significativo que los pacientes en los cuales se han efectuado trasplantes de corazón, tienen graves contradicciones emocionales después de la operación. Al perder su propio corazón se les han quitado las capacidades adquiridas del antiguo corazón que se han formado en ellos a través de los años y que contribuían a hacerlos lo que eran en cuanto a su personalidad.

Las impresiones almacenadas en el corazón

Siempre se nos ha dicho que el corazón ama, siente y desea, un proceso que se relaciona con el contenido de la información almacenada. Recientes investigaciones sobre la memoria apuntan a que es en el corazón donde se almacena cierta información relacionada con los sentimientos.

Pearsall no parece albergar dudas de que el corazón, además de constituir el centro de energía más importante del cuerpo, es al mismo tiempo un centro de almacenamiento de memoria donde se guardan las motivaciones adquiridas por la persona.

Así pues, si se lleva en el corazón la información de una experiencia vital que cualquier persona haya tenido, al transplantar el corazón puede convertirse en las propias memorias personales del trasplantado. Esto explicaría el hecho de que la personalidad de los que viven con un corazón trasplantado sufra transformaciones radicales. Lo que nos lleva a concluir que el corazón posee un sistema que contiene memorias codificadas que conserva aun cuando es trasplantado.

Olvidar es difícil para el que guarda en la memoria del corazón

domingo, 7 de octubre de 2012

¿Puede causar un terremoto la extracción de petróleo?



Si bien abunda desacuerdo sobre este tema, los científicos del Servicio Geológico de Los Estados Unidos (USGS) dicen que la producción de petróleo puede causar terremotos, pero no del tipo reportado en las noticias.

El terremoto como el del año 2004 que provocó un tsunami mortal en Sumatra, se producen en los límites de placas tectónicas, losas de roca que chocan entre si y liberan enormes cantidades de energía.

El petróleo generalmente se encuentra en los sedimentos permeables que son suaves y blandos, no en roca dura.

Cuando esta tierra blanda se mueve, se libera una pequeña cantidad de energía, lo que puede llevar a un evento "mini-sísmico", algo que apenas se detecta en la escala de Richter.

Así es como funciona: Con equipos de alta tecnología, las empresas petroleras identifican las zonas ricas en petróleo y con el uso de barrenos perforan la superficie bajo el mar, a veces tan profundo como 3 kilómetros.

Cuando el líquido es absorbido de los sedimentos, las rocas que rodean cambian de posición para llenar los nuevos espacios vacantes.

A gran escala, por ejemplo, el volumen desplazado cuando millones de barriles de petróleo son extraídos del subsuelo, el movimiento y reacomodo de la tierra en realidad puede causar un mini-sismo, dijo Robert Morton, un geólogo del USGS.

jueves, 4 de octubre de 2012

¿Pueden sobrevivir peces de agua salada en agua dulce?



Algunas especies de peces pueden vivir tanto en agua dulce como salada. Estas especies son llamados peces eurihalinos.

Sin embargo, la mayoría de las especies de peces sólo pueden sobrevivir en uno u otro basado en su tolerancia a la salinidad, o la cantidad de sal que sus cuerpos pueden manejar.

Las especies eurihalinas altamente adaptables son capaces de soportar una amplia gama de niveles de sal.

Ellos son capaces de migrar con éxito de ida y vuelta entre el agua salada, como el mar y de agua dulce, que incluye algunos ríos.

Hay dos tipos principales de peces: eurihalino anádromas y catádromas . Los peces anádromos nacen en agua dulce, pero pasan la mayor parte de su vida en el mar, sólo vuelven al agua dulce para desovar.

Estos peces son el salmón, pejerrey, róbalo sábalo y el esturión.

Los peces catádromo , por otra parte, por lo general viven en los cuerpos de agua dulce y solo entran al agua salada a desovar. Las anguilas americanas y las anguilas europeas caen bajo esta categoría.

La mayoría de los peces sólo pueden tolerar rangos estrechos de salinidad y son muy sensibles a cualquier cambio en los niveles de sal en el agua en la que viven.

De hecho, peces de agua dulce a menudo serán incapaces de sobrevivir si los niveles de salinidad de su agua circundante llega a más de 0, 05 por ciento.

Al migrar, incluso pescado eurihalino se someten a un período de aclimatación, o tiempo para su cuerpo se adapte a una salinidad diferente de lo que están acostumbrados.

lunes, 1 de octubre de 2012

¿Qué tan duraderas son las huellas dactilares?



El estadounidense Hans Galassi perdió varios dedos en un accidente de esquí acuático hace unos meses. Ahora uno de ellos fue encontrado dentro de una trucha y fue identificado gracias a sus huellas dactilares. Eso lleva a preguntarnos, ¿qué tanto pueden perdurar?


Cómo se forman

Todo comienza en el vientre de la madre, durante la semana 17 de gestación.
Son producto de los genes y los movimientos del embrión en el vientre.
Eso significa que ni siquiera los gemelos idénticos pueden tener impresiones exactas.
Los surcos de fricción se mantienen cuando las manos y los pies crecen.
Una amplia mayoría de personas nace con una serie de huellas dactilares que permanecen intactas durante toda la vida.
Esos patrones, que los expertos llaman surcos de fricción, se encuentran no solo en la yema de los dedos, sino también en las falanges y las palmas de las manos, y los dedos y la planta de los pies. Los patrones son permanentes, pero se pueden gastar.
Los obreros que trabajan con ladrillos y aquellas personas que lavan platos con mucha frecuencia pueden perder algunos detalles. Pero una vez que dejan de realizar estas actividades, los surcos vuelven a aparecer. De vez en cuando, como deben saberlo bien los fanáticos de las películas de crímenes, la gente ha intentado cambiar sus huellas dactilares de manera artificial.
Un corte a través de la capa externa de la piel, la epidermis, hasta llegar a la dermis ocasiona una cicatriz que puede modificar la huella. Sin embargo, no la vuelve menos única. Las personas también han tratado de borrar sus huellas quemando la punta de sus dedos con fuego y ácido, como lo hizo el gángster John Dillinger en 1930.
El método funcionó durante un tiempo y luego la piel volvió a nacer. En el agua Otro criminal, Robert Phillips, realizó un famoso injerto en sus dedos con piel de su pecho para borrar sus impresiones dactilares. Sin embargo, logró ser identificado por las huellas de las palmas de sus manos. Otros han intentado untar sus dedos con goma de pegar y esmalte de uñas. Al final, las palmas de sus manos también los han delatado. El gángster John Dillinger intentó borrar sus huellas dactilares sin éxito.
Los surcos de fricción duran incluso mucho tiempo después de la muerte, dice el experto Allen Bayle, autor de un manual sobre las manos de los muertos que utiliza la policía de Reino Unido. "Si una mano es hallada en el agua, es posible observar cómo la epidermis comienza a despegarse de la dermis como si fuese un guante. Sé que esto va a sonar espantoso, pero si la mano está muy maltratada, corto la epidermis y meto mi propia mano en ese guante para intentar identifical las huellas", explica Bayle. "Muchas veces, los peces han mordido una buena parte de la epidermis.
Sin embargo, los surcos aún pueden hallarse debajo de esa capa. Si eso se ha perdido, se puede intentar con la dermis. Por cada pliegue de la epidermis, hay dos en la dermis.
A eso le llamamos efecto riel". La velocidad con la que una mano se desintegra en el agua depende de muchos factores. Uno de ellos es la temperatura del agua. "Si está muy fría, se puede mantener intacta por mucho tiempo", apunta Bayle. El cuerpo de una trucha, el pez que se tragó el dedo de Galassi, es tan fría como el agua en la que nada. Las huellas dactilares duran toda la vida y, cuando se desgastan, vuelven a formarse.
Pueden sobrevivir en el agua durante largos períodos de tiempo, mientras esté fría.
En un cadáver, ambos lados de la epidermis (externo e interno) pueden proveer una huella.
En las manos y pies, la dermis (la piel situada bajo la epidermis) también posee surcos y puede ser utilizada para crear un patrón de la epidermis.
El dedo de Galassi fue hallado en el tracto digestivo de la trucha. Nunca sabremos cuánto tiempo pasó desde el accidente hasta que el pez se tragó el dedo. Sin embargo, Bayle piensa que aunque la gruesa capa de epidermis hubiese sido digerida, el dedo de Galassi de igual forma hubiese podido ser identificado por su dermis.

"Podemos moldear (el dedo), con látex, por ejemplo, y luego podemos teñir ese molde. O también se puede teñir la dermis y enrollarla en algo con forma de dedo. Una vez que tengamos algunos surcos, podemos colocarlos en la computadora".

En el caso de Galassi, la policía de Idaho pasó un día investigando archivos y reportes que pudieran ayudarlos a identificar de dónde pudo haber provenido el dedo. Luego tomaron las huellas dactilares y enviaron el dedo al laboratorio forense de la policía del estado, en donde técnicos fueron capaces de identificar al dueño.