viernes, 27 de enero de 2012

Trabajar mucho deprime

Nuevos datos muestran que las jornadas laborales demasiado largas se relacionan con un riesgo mayor de sufrir episodios depresivos.

A las conclusiones de estudios anteriores que relacionaban los horarios de trabajo con trastornos psicológicos y del sueño, la disminución de las funciones cognitivas o los problemas depresivos y de ansiedad, los datos del último artículo publicado en la revista “PLoS ONE” añaden también la depresión.

Tras analizar las condiciones laborales y la situación personal de 2.000 funcionarios británicos con edades comprendidas entre los 35 a los 55 años, los autores concluyen cómo trabajar 11 horas o más aumenta en más del doble la posibilidad de sufrir cuadros depresivos. El estudio está dirigido por Marianna Virtanen, miembro del Instituto Finlandés de Salud Ocupacional en el University College de Londres.

"Seguimos la evolución de estos trabajadores a través de entrevistas durante cerca de seis años y los datos son claros. Aquellos que contaban con jornadas de 11 horas o más o que hacían horas extra (en total, un 16% de las personas analizadas), tenían entre un 2,3 a un 2,5 más de posibilidades de desarrollar episodios depresivos y ansiedad si lo comparamos con aquellos cuya jornada se limitaba a siete u ocho horas (54%)", dice Virtanen.

El trabajo tuvo en cuenta datos como el estatus socioeconómico o el estilo de vida de los participantes para que no 'contaminaran' los resultados. Así, el estudio arroja un 'retrato robot' de aquellas personas con más riesgo de caer en la depresión: varones casados o viviendo con su pareja,que ocupa un puesto de alta responsabilidad y activo o empleos donde hay una carga importante de presión, y que consumen alcohol de forma moderada.

"Los datos son importantes y preocupantes", afirma Virtanen. "Hay que tener en cuenta que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que los trastornos depresivos serán la principal causa de enfermedad en el año 2030 y que, en la actualidad, además de las condiciones de vida personales, este tipo de episodios mentales acarrean un deterioro sustancial de la productividad en el trabajo, por no hablar de los días laborales perdidos", señala la autora.

lunes, 23 de enero de 2012

Las claves matemáticas para resolver un Sudoku

El matemático de la Universidad de Dublín Gary McGuire ha utilizado un algoritmo complejo y "muchas horas de trabajo ante un superordenador" para determinar que un sudoku no se puede resolver si no hay un mínimo de 17 cifras-pista en su inicio, ya que con menos "no existe una solución única".

Este juego, que se hizo popular en Japón y es habitual en el espacio de pasatiempos, cuenta en su mayoría con unas 25 cifras-pista, según ha apuntado el científico. A medida que bajan las pistas, más difícil es su resolución.

Algoritmo complejo

La complejidad del sudoku ha llevado a los matemáticos a estudiarlo. Ahora, McGuire ha llegado a esta conclusión tras trabajar durante dos años en el algoritmo complejo que le ha llevado a la solución. Para ello ha utilizado unos siete millones de horas buscando a través de las redes. "La única manera realista de conseguir resultados era el método de la fuerza bruta", ha apuntado McGuire, quien ha añadido que "su investigación ha inspirado para impulsar las técnicas de computación y matemáticas hasta el límite".

McGuire ha simplificado el trabajo de algunos de sus compañeros, que le han precedido en esta investigación, mediante el diseño de un algoritmo que evitara lo que el científico ha denominado "series inevitables" o "lo que podría dar lugar a múltiples soluciones".

Según ha señalado la revista Nature, el anuncio de este hallazgo se ha producido en un cogreso matemático celebrado en Boston (Estados Unidos) el pasado 7 de enero y en donde recibió la aprobación de sus compañeros. "El enfoque es razonable y es plausible", ha apuntado el matemático de la Universidad James Madison (Estados Unidos).

lunes, 16 de enero de 2012

Así llegó el oxígeno a la Tierra

Ni usted, ni yo, ni ninguna otra criatura estaría viva si no fuera porque, hace varios miles de millones de años, un pequeño organismo unicelular empezó a usar oxígeno como fuente de energía. Los científicos no saben exactamente cuándo, o por qué, ocurrió, pero un equipo internacional de investigadores se ha acercado más que nunca a la respuesta. De hecho, han logrado identificar el primer ejemplo conocido de metabolismo aerobio, el proceso por el cual los organismos utilizan oxígeno como "combustible". El hallazgo puede ayudar a comprender cómo surgió en nuestro planeta este gas fundamental para la vida.

Los investigadores hallaron que el proceso aerobio más antiguo fue la producción de Pyridoxal, que es la forma activa de la vitamina B6. Y ese proceso empezó a tener lugar hace unos 2.900 millones de años, junto a una enzima productora de oxígeno llamada catalasa de manganeso. Esta enzima trabaja sobre el peróxido de hidrógeno, descomponiendo sus moléculas en oxígeno y agua.

La hipótesis de Caetano-Anollés (de la Universidad de Illinois) es que los primeros organismos obtuvieron el oxígeno que necesitaban para producir la vitamina B6 de esta "rotura" del peróxido de hidrógeno. Los autores del estudio argumentan que estos antiguos organismos podrían haber tenido a su disposición cantidades enormes de peróxido de hidrógeno en su medio ambiente debido al bombardeo de la radiación ultravioleta sobre el hielo glacial, un proceso que genera este compuesto en grandes cantidades.

Se trata, pues, de la primera evidencia directa de "fabricación" de oxígeno por parte de organismos vivos. Un proceso que se extendió después lentamente por toda la Tierra y que terminó fabricando la cantidad suficiente de ese elemento como para sustentar a las formas de vida compleja que pudieron desarrollarse a partir de ese momento.

martes, 10 de enero de 2012

El cerebro 'multitarea' de los murciélagos

Algunos animales son capaces de utilizar las mismas neuronas para escuchar dos sonidos diferentes a la vez. Es lo que se llama un 'cerebro multitarea" que también posee el ser humano: podemos escuchar música y una conversación al mismo tiempo, pero es posible porque el cerebro es capaz de separar las señales auditivas y derivarlas a hemisferios diferentes, algo que no ocurre con los pequeños mamíferos voladores.

Una investigación, dirigida por Jagmeet Kanwal, de la Universidad de Georgetown, y publicada en la revista 'European Journal of Neuroscience', ha revelado que los murciélagos pueden emitir y recibir las señales que les permiten orientarse en el vuelo mientras atienden a lo que tratan de comunicarles sus congéneres.

Los científicos escogieron a los murciélagos para comprender el funcionamiento de los cerebros 'multitareas' porque son animales capaces de orientarse mediante un sónar biológico, por el que emiten ultrasonidos y recoge el eco de los objetos que hay alrededor, amplificándolo dentro de su organismo. Además, hacen sonidos con mensajes del tipo: "retroceda", "tenga cuidado", "por favor" o "te quiero".

En su trabajo, Kanwal demuestra que los circuitos neuronales en los dos hemisferios cerebrales les permiten 'navegar', mirar a su alrededor y, además, charlar con los compañeros. Para ello, insertó un alambre de tungsteno fino (como un pelo humano) en los cerebros de ejemplares despiertos y luego les hizo escuchar señales de 'ecolocalización' y mensajes que previamente había digitalizdo.

Con una resonancia del cerebro fue registrando la actividad de sus neuronas. Al estudiar los registros descubrió que las neuronas de la corteza cerebral derecha respondieron con más fuerza a los sonidos de 'ecolocalización' que a los mensajes, mientras en el hemisferio izquierdo ocurría lo contrario.

Especialización neuronal

Kanwal separó los sonidos del 'ecolocalización' en dos partes (el eco saliente de de la señal y de la vuelta). Las neuronas en ambos lados del cerebro respondieron con igual intensidad en los dos casos y mucho peor con cada parte por separado, lo que indica su especialización funcional para no chocarse en la oscuridad. Las neuronas en el lado izquierdo del cerebro (y no la derecha) mostraron similar especialización para las llamadas sociales.

Kanwal afirma que este funcionamiento, en los seres humanos, es similar, lo quepermite reconocer las combinaciones de los fonemas (unidades de discurso) como sílabas o palabras. "Las dos mitades de la corteza cerebral están unidas con 'alambre' diferente, lo que hace que una parte sea más eficaz que otra en los discursos comunicativos", afirma Kanwal en 'New Scientist'.

El investigador considera que entendiendo la base neurológica del discurso se puede ayudar a aliviar déficits de la comunicación en algunos niños que tienen dixlesia y reparar fallos en la comunicación verbal. "Hasta ahora no se ha podido estudiar al detalle las neuronas implicadas en este proceso", señala. Por ello, concluye, es tan importante examinarlas en un mamífero no humano.

miércoles, 4 de enero de 2012

El mamut podría ser revivido en 2012

Investigadores japoneses y rusos aseguraron que existen grandes posibilidades de clonar al mamífero extinto hace 11 mil años

Científicos de Japón y Rusia han confirmado que existen altas posibilidades de clonar un mamut, un animal extinto hace 11 mil años, luego que la médula ósea de un fémur de ese mamífero encontrada en Siberia está en buen estado.

Los equipos de ambos países pondrán en marcha una investigación conjunta el año próximo para regenerar el gigantesco mamífero, reportó la agencia japonesa de noticias Kyodo.

La historia de los mamuts se remonta hace tres o cuatro millones de años en el continente africano, pero hace dos millones de años decidieron emigrar hacia Europa y Asia. Por último llegaron al continente americano hace 500 mil años.

La desaparición de esta especie en la edad del hielo es aún un misterio, desde hace once mil años, cuando la población de estos animales empezó a descender en tierras siberianas.

Científicos japoneses han buscado desde la década de los 90 la clonación de este gigante de la prehistoria pero no han tenido éxito, aunque han introducido novedosas técnicas en la materia.

Los equipos lo conforman científicos del museo Mamut de la república Sakha, en el oriente de Rusia, el único en su rubro en el mundo, y de la Escuela de Biología de la Universidad Kinki de Japón.

En años recientes se han descubierto varios esqueletos del mamífero en bueno estado en regiones de Siberia.

El Museo, situado en Yakutsk, la capital de la república, notificó a la parte japonesa del hallazgo de agosto pasado, luego de los lazos que han mantenido desde 1997 con los cientificos Akira Iritani e Hiromi Kato, los mayores expertos en materia de clonación en este país.