domingo, 16 de noviembre de 2014

¿Por qué el tiempo transcurre hacia delante?


Una pregunta muy socorrida en los ámbitos de la física, pero también presente en profesionales de otros medios como artistas y filósofos, es por qué el tiempo transcurre hacia delante. Recordamos el pasado, no el futuro. ¿Se trata de una ley física o de una percepción humana de la realidad? Veamos qué nos dice la ciencia al respecto.

La flecha del tiempo

La idea de que el tiempo transcurre hacia delante es llamada por los científicos la flecha del tiempo, noción que tiene dos aspectos: el psicológico y el termodinámico. El primero sería la percepción mental de la realidad, para nuestros cerebros el tiempo es lineal, esto es, discurre en una sola dirección, de pasado a futuro.

El aspecto termodinámico podemos ilustrarlo a través de una taza de café caliente que ponemos sobre la mesa. El café tenderá a enfriarse, nunca sucederá que este se caliente al transcurrir los minutos. Los expertos consideran que ambas cosas, lo psicológico y lo termodinámico, deben siempre alinearse.

Principios de la termodinámica

Según los principios de la termodinámica, en todo sistema hay una tendencia a la diferenciación, esto se denomina entropía y significa que en un objeto determinado, como el café caliente de nuestra taza, las moléculas tienden a desorganizarse, por lo que la entropía es alta. Para que la sustancia se mantuviera caliente ―in crescendo― se necesitaría una gran organización, la cual por leyes naturales no es posible.

Aun así, las ecuaciones del movimiento de partículas muestran que estos principios funcionan de igual manera si el tiempo corre hacia delante o hacia atrás. En ambos casos, el sistema tiende a ganar entropía. Entonces, ¿por qué tenemos solo la primera percepción?

La memoria humana

La memoria humana es el mecanismo básico a través del cual percibimos la realidad. Esta herramienta no incluye todas las formas en que un sistema puede evolucionar, es decir, un sentido temporal reversible. No podemos recordar los eventos que nos ocurrirán en las próximas horas. Nuestro sistema nervioso está configurado para recordar solo el pasado. Por esta razón, siempre entendemos el tiempo de manera lineal.

En el comienzo era el Big Bang

La respuesta a por qué percibimos el tiempo en una sola dirección debe ser rastreada en el origen del universo. En el comienzo era el Big Bang, dicen los científicos, y había una entropía muy baja. La observación del desarrollo del universo hasta la actualidad señala que este ha evolucionado ganando cada vez más entropía, la expansión significa desorganización. La realidad, más allá de nuestra percepción, en términos termodinámicos parece comportarse de un pasado a un futuro.

En resumen, esta convergencia del funcionamiento termodinámico del universo y la manera en que lo percibimos es la explicación a por qué el tiempo transcurre hacia delante. Aun así, los científicos continúan estudiando el tema, pues la última palabra en cuestiones tan profundas del universo todavía no ha sido pronunciada.

sábado, 4 de octubre de 2014

¿Por qué las hojas de los libros amarillean con el tiempo?


Los libros viejos tienen las hojas amarillentas y oscurecidas por el tiempo, en un tono característico.

De hecho no hace falta que sean muy viejos para que este oscurecimiento se dé, unos cuantos años son suficientes.

Pero… ¿por qué ocurre esto?

El papel está hecho de fibras de origen vegetal que se componen principalmente de celulosa blanca. Aunque también de lignina, una polímero de color oscuro que forma parte de las paredes celulares y que, por ello, tiene una considerable presencia en el papel.

Al exponerse la lignina al aire y a la luz del sol, se oxida, y adquiere un tono más oscuro que amarillea el papel.
Diferentes procesos químicos eliminan la lignina de la pasta de papel, pero encarecen su producción. Por ello, los papeles de mayor calidad llevan menos lignina y es más difícil que amarillen.

El papel más económico, con mayor contenido de lignina, se utiliza para imprimir periódicos o ediciones económicas de libros.

El término lignina proviene del latín lignum ‘madera’. Por ello a las plantas que contienen gran cantidad de lignina se las denomina leñosas. La lignina se encarga de engrosar el tallo y dar rigidez a las plantas.

La lignina es el polímero orgánico más abundante en el mundo vegetal.

viernes, 5 de septiembre de 2014

¿Por qué el helado sabe más dulce cuando se calienta?



El dulzor de un alimento depende de la cantidad de azúcar que contiene. Sin embargo, podemos comprobar fácilmente que un helado frío sabe menos dulce que el mismo helado caliente. Esto se debe a que la percepción de este sabor depende de unas células presentes en las papilas gustativas de la boca que poseen unos canales de calcio sensibles a la temperatura. Concretamente, cuanto más caliente está un alimento, más intensa es la señal que envían estas células al cerebro. En otras palabras, la señal de dulzor se amplifica cuando un alimento está caliente, y se reduce cuando está frío. 

Los expertos recomiendan comer el helado a una temperatura ideal de -15ºC para disfrutar plenamente de su sabor.

martes, 2 de septiembre de 2014

¿Qué pasa en nuestro cuerpo cuando corremos?


Correr es uno de los ejercicios físicos más exigentes para nuestro cuerpo. Ya sea por entrenar para una maratón, para bajar de peso o simplemente por placer, correr es de los ejercicios más habituales entre los deportistas. Esto es, en parte, porque se puede realizar en casi cualquier lado y no requiere un equipamiento sofisticado, como otros deportes.

Ahora bien, ¿alguna vez te has preguntado qué pasa realmente dentro de tu cuerpo cuando corres? Vamos a averiguarlo…

Cuando comienza el ejercicio

Al inicio del ejercicio, nuestro cuerpo comienza a necesitar energía extra. Para conseguirla, las células liberan el adenosín trifosfato -ATP por sus siglas en inglés- que es la molécula de soporte de energía. Al liberar energía, rápidamente pierde un fosfato y se convierte en adenosín difosfato o ADP, que es otra molécula, también fundamental para alcanzar y mantener los niveles de energía necesarios.

Durante los primeros dos a tres minutos

Los primeros minutos de ejercicio pueden parecer los más relajados, pero para nuestras células es uno de los momentos de mayor actividad.

El organismo necesita más energía para distribuir el oxígeno más rápido. Para producir más ATP, las células comienzan a descomponer el glucógeno, que es el principal responsable de almacenar glucosa, y a utilizar la que está presente en la sangre.

Además el ADP producido no es suficiente y comienza el proceso inverso: transformar el ADP en ATP nuevamente. Este proceso provoca la liberación de ácido láctico. El ácido láctico es el responsable de la sensación de calor y ardor en nuestros músculos.

Luego de algunos minutos

Nuestros músculos comienzan a necesitar más y más oxígeno, es por ello que comenzamos a respirar cada vez más rápido. La temperatura corporal comienza a elevarse y las glándulas sudorípadas nos hacen transpirar para evitar el sobrecalientamiento. El sistema circulatorio envía más sangre hacia nuestra piel para mantenernos frescos y comenzamos a ponernos rojos.

Es en éste momento del entrenamiento que comenzamos a quemar calorías. Al correr, se estima qie quemamos alrededor de 100 calorías cada 1,6 km.

¡Felicitaciones! Si pasas los 10 minutos y logras mantenerte en pie, es porque tu corazón y tus piernas son relativamente fuertes. En este caso, podrás seguir corriendo varios minutos más.

Si no tienes un buen estado físico, luego de los 10 minutos (si es que llegas) comenzarás a sentirte pesado y débil. La producción de ácido láctico se elevará demasiado, sentirás tanto calor y estarás tan agotado que dejarás de correr. Y seguramente sea la decisión correcta, ya que si tus músculos no responden adecuadamente por falta de oxígeno y puedes tener un grave accidente.

¿Cuándo debes parar?

Debes parar de correr gradualmente, nunca de golpe. De lo contrario, tu flujo de sangre no se estabilizará normalmente y puedes dañar tu corazón. Es importante no llegar al agotamiento total para evitar lesiones en los músculos y las articulaciones.

Lo ideal es que el entrenamiento esté dirigido por un profesional que te indique la sesión apropiada para ti. De no ser así, lo mejor es que lleves un control regular de cuánto corres cada vez que lo haces.

Así podrás determinar cuánto más debes correr la próxima vez, sólo algunos minutos más que la anterior. Esto es importante para mejorar tu entrenamiento y tu estado físico, sin poner en peligro a tu cuerpo.

Cuando terminas de correr

Cuando termines de correr te sentirás de buen humor y con mucha energía. Difícil de creer, ¿no? Esto sucede gracias a que nuestro cerebro libera dos sustancias para contrarrestar el estrés al que nos sometemos cuando hacemos ejercicio.

Por un lado libera una proteína llamada Factor neurotrófico derivado del cerebro, conocida como BDNF por sus siglas en inglés. Este elemento protege y repara nuestras neuronas de la memoria. Es por esto que más allá del cansancio físico, luego de ejercitarnos un rato nos sentimos alerta y despiertos. Por otro lado, también hay una liberación de endorfinas: neurotransmisores que utiliza nuestro cerebro para neutralizar y calmar el estrés y el dolor físico generado por el ejercicio.

Estas dos sustancias no se liberan sólo durante el ejercicio físico, otras actividades cotidianas como ingerir alimentos demasiado picantes o mantener relaciones sexuales. Lo interesante es que son sustancias adictivas, tan adictivas como algunas drogas. Por lo tanto, con algunas actividades podemos activar nuestro propio -y gratuito- narcótico.

Además de necesario, gracias a éstas sustancias , realizar ejercicio es placentero.

lunes, 25 de agosto de 2014

¿Cómo funcionan los antibióticos en el cuerpo?


Cuando tenemos una afección bacteriana el médico puede recetarnos antibióticos, medicamentos que han avanzado mucho desde el descubrimiento de la penicilina en 1929. Seguramente varias veces tomaste antibióticos, pero acaso sabes cómo funcionan en tu cuerpo. Nosotros te vamos a contar.
¿Qué pasa cuando tomamos antibióticos?

De acuerdo al tipo de cuadro que tengamos, el medico recetará el mejor antibiótico para atacar determinas bacterias. Si estamos hospitalizados se nos aplicará de forma intravenosa, mientras que estando en casa se aplicará un tratamiento mediante pastillas o bien jarabes para los más pequeños.

Ya sabemos cómo entran a nuestro cuerpo, pero ¿qué hacen una vez que están allí? Bueno, los antibióticos tiene varias formas de acción dependiendo de su tipo.

La gran mayoría de estos medicamentos, que realmente salvan vidas, atacan las paredes celulares de las bacterias, evitando así que sintetice un molécula llamada peptidoglicano. Sin esa molécula, las bacterias pierden la fortaleza necesaria para vivir dentro del cuerpo humano.

Un segundo método, que se ve en antibióticos más modernos, es el de evitar que la batería replique su ADN. De este modo no puede multiplicarse y seguir atacando el cuerpo. El sistema inmune se encarga así de una bacteria disminuida y sin capacidad de extenderse.

Otra forma en la que actúan los antibióticos, especialmente los utilizados para infecciones respiratorias y dérmicas, como por ejemplo el acné, es inhibir la síntesis de proteínas por parte de la bacteria. Así, sin la posibilidad de sintetizar las proteínas, las bacterias no pueden reproducirse y seguir actuando en el cuerpo.

Finalmente, hay grupos de antibióticos que atacan las paredes de las células de las bacterias, evitando así que puedan dañarnos, o inhiben la producción de ácido fólico por parte de las baterías, una vitamina esencial y sin la cual no pueden sobrevivir.

¿Cómo mejorar la eficacia de los antibióticos en el cuerpo?

Los mecanismos de acción de los antibióticos son muy variados y generalmente se especializan en ciertos tipos de infecciones. Varias personas no consiguen el efecto buscado y no es culpa de los fabricantes del medicamento.

Suele ocurrir que al sentirse mejor, la gente deje de tomar el antibiótico. Si el médico se los prescribió por 10 días y los toman sólo 5, las bacterias no estarán completamente eliminadas y la infección puede volver poco tiempo después.

Además, si no seguimos bien el tratamiento, las bacterias pueden hacerse resistentes a los antibióticos, lo que no sólo nos afecta a nosotros, sino que también al resto.

Actualmente se conocen varias infecciones bacterianas que han mutado y ya no responden a los antibióticos que antes eran capaces de eliminarlas.

Sigue estrictamente el horario de toma de los antibióticos. Si dice cada 8 horas, es cada 8 horas o lo más cercanamente posible. Asimismo, consulta con qué debes tomarlo y si es necesario que te alimentes previamente. Es sumamente importante que no te auto-mediques, nunca.

martes, 10 de junio de 2014

La margarina es mala para la salud: ¿mito o realidad?


Desde hace un tiempo, la margarina es la mala de la película. Una serie de e-mails muy populares le atribuyen características nefastas para la salud. Sin embargo, la información que corrió con alarmante rapidez entre millones de usuarios tiene muy poco fundamento científico. De hecho, podemos refutar esos datos y dar por tierra con todos los mitos sobre la margarina.




El origen de la margarina

La margarina fue creada por Hippolyte Mège Mouriè, un químico francés, en 1869, como respuesta a un concurso lanzado por el emperador Napoleón III para dar con un sustituto de la manteca; no es cierto que haya sido producida para engordar pavos. El objetivo era mantener bien nutridos al pueblo y a los soldados franceses. En principio estaba hecha con grasa de vaca, pero pero hacia fines de siglo la grasa había sido reemplazada por aceite vegetal.

Su color blanco no era natural. En 1886, los estados de New York y New Jersey prohibieron la fabricación de margarina amarilla, y hacia 1902 otros 32 estados habían sancionado prohibiciones similares. Para evitar este problema, los productores agregaron colorante blanco, el mismo que hoy se utiliza en las pastelerías. En 1950, el presidente norteamericano Truman permitió la comercialización de la margarina sin colorante, y desde entonces se popularizó la producción de la margarina amarilla tal y como la conocemos hoy en día.

¿La margarina está a sólo una molécula del plástico?

Esta afirmación circula en Internet desde hace tiempo, e incluso la he visto en algunos sitios de noticias. Es hora de conocer la verdad. El plástico es un polímero formado por una larga cadena de moléculas más pequeñas repetidas. Los plásticos se obtienen a partir de petróleo crudo y gas natural, pero se pueden hacer a partir de materiales naturales como la madera, el maíz, las plantas, e incluso los azúcares.

Uno de los primeros plásticos se fabricó en la década de 1800 a partir de leche de vaca. Como puedes ver, tanto el plástico como la margarina se pueden hacer a partir de aceite vegetal, que es donde termina cualquier similitud.

No hay nada cierto en esta afirmación, y aunque así fuera, recuerda que una molécula puede hacer un mundo de diferencia. Muchas sustancias naturales son muy similares en composición química pero muy diferente en apariencia y efecto. Entre el peróxido de hidrógeno (blanqueador) y el agua, sólo existe un átomo de diferencia.

¿Es un riesgo para el corazón?

Según ciertas versiones, la margarina aumenta el riesgo de enfermedad cardiaca en un 53 por ciento. El dato proviene de un estudio realizado por la Facultad de Medicina de Harvard, en la década de 1980. Por aquel entonces, se analizó las margarinas que contenían hasta 29 por ciento de grasas trans. Ahora sabemos que este tipo de grasas no deben existir en nuestras dietas, ya que aumentan significativamente el colesterol.

Con el paso de los años, gran parte de los gobiernos del mundo sancionaron normativas exigiendo que todos los alimentos indiquen en la etiqueta cuánta grasa trans contienen. Si compras productos con 0 grasas trans, no entrarás en esta defasta estadística. Muchos productores de margarina reformularon sus productos para eliminar estas grasas de sus ingredientes.

Como puedes ver, se trata de dos productos muy similares que poseen la misma cantidad de calorías, pero la manteca contiene más grasas saturadas que la margarina. Lee las etiquetas, compara, evita las grasas trans y las hidrogenadas, infórmate y no creas todo lo que lees en esas populares cadenas de mail. 

miércoles, 28 de mayo de 2014

¿Cuántas horas necesitas dormir realmente?



Si hay algo que todos los humanos necesitamos es dormir, algunos casi todo el día como los recién nacidos y, la cantidad de horas requeridas va bajando a medida que envejecemos. Pero ¿cuántas horas necesitamos dormir realmente? Hoy, vamos a contarles cuántas horas es necesario dormir, ya que dormir de menos o de más puede ir en contra de su salud.

Cuánto tiempo necesitamos dormir

No hay una receta que diga que todas las personas de cierta edad deban dormir obligatoriamente cierta cantidad de horas, ya que todos somos diferentes, pero sí existen pautas. La recomendación médica según la edad es:

• Recién nacidos (de 0 a 2 meses): alrededor de 18 horas, repartidas en varias etapas.
• Bebés (3 a 11 meses): entre 14 y 15 horas. Hay dos siestas al menos
• Niños pequeños (1 a 3 años): entre 12 y 14 horas con una siesta
• Niños preescolares (3 a 5 años): entre 11 y 13 horas. Pueden requerir o no una siesta
• Niños de primaria (5 a 10 años): entre 10 y 11 horas
• Adolescentes (Entre 11 y 17 años): entre 8,5 y 9,5 horas
• Adultos: de 7 a 9 horas

Si bien las pautas médicas son esas, la realidad, sobre todo después de la infancia, es muy diferente. Hay gente que se las arregla con menos de lo mínimo y otros que andan como zombies pese a dormir 10 horas.

La opinión de la ciencia

Los científicos, estiman que las necesidades de sueño reales de una persona deben calcularse considerando dos aspectos:

• Tiempo basal: la cantidad de horas que el cuerpo necesita
• Deuda de sueño: las horas de mal dormir y que simplemente no dormimos y que se van acumulando con el tiempo.

Por tiempo basal consideran la necesidad diaria de cada persona. Eso es difícil de calcular, pero el número va entre 5 y 9 horas (lo más común es entre 7 y 8), y depende de muchos aspectos como edad, sexo, genética y existencia de alguna condición médica. 

Si una persona duerme lo necesario todas las noches, las cosas irán bien, pero cuando nuestro ritmo de sueño de ve intervenido y empezamos a acumular “deuda” el cuerpo paga las consecuencias.

Nuestro organismo está preparado para funcionar de diferentes maneras durante el día siguiendo el llamado ritmo circadiano. Si este ritmo se ve alterado, podremos sufrir de exceso de sueño o insomnio, tal como les ocurre a quienes sufren de Jet Lag.

Una deuda de sueño puede ser pagada, pero no a corto plazo. No sacas nada con dormir una tremenda siesta si la noche anterior te fuiste a la cama a las 3 de la madrugada y despertaste a las 6 de la mañana.

Las consecuencias de dormir mal

El no dormir lo necesario o, al contrario, dormir mucho más de lo que nuestro cuerpo necesita, puede pasarnos la cuenta a nivel de salud, ya sea a corto o largo plazo.

Dormir poco

Quienes duermen menos de lo necesario y arrastran una gran deuda de sueño tienen mayores posibilidades de padecer obesidad, problemas cardiacos, diabetes, enfermedades psiquiátricas y, ser causantes de un accidente, ya que no están lo suficientemente alerta. A largo plazo, verán como su memoria falla y su organismo se va debilitando.

Dormir mucho

Al otro extremo tenemos a quienes se pasan una buena porción del día durmiendo. Podríamos pensar que están sanos y bien descansados, pero los excesos no son buenos. 

Científicos, comprobaron que las personas que duermen en exceso presentan un deterioro cógnitivo mucho más temprano en la vida, especialmente en el caso de las mujeres.

Además, aunque que se duerman más horas este sueño puede ser de baja calidad, por lo que no se logra el objetivo. Asimismo, el exceso de sueño puede estar relacionado a una enfermedad.

Qué hacer para dormir bien

La misma persona es quien determina cuántas horas necesita para sentirse bien y alerta durante el día, aunque debe estar dentro de los parámetros que entregan los científicos.

Un buen dormir depende mucho de tener buenos hábitos de sueño: horarios más o menos fijos para ir a la cama y levantarse, seguir una rutina antes de acostarse y alimentarse bien.

En caso de problemas, existen médicos especializados en los trastornos del sueño y que, mediante técnicas modernas, pueden averiguar qué causa nuestro padecimiento y solucionarlo.