El Tyrannosaurius rex, el depredador por excelencia, la bestia del Cretácico que duplicaba su tamaño en tan solo cinco años, tenía el mordisco más poderoso de todos los animales vivientes o extintos que han pisado alguna vez la Tierra. Así lo que creen investigadores de la Universidad de Liverpool, que han utilizado un modelo computacional para reconstruir el músculo de la mandíbula del dinosaurio. La investigación aparece publicada en Biology Letters
El equipo amplió de forma artificial el cráneo de un humano, de un cocodrilo y del enorme terópodo carnívoro Allosaurus al del tamaño de un T. rex adulto. En cada caso, las fuerzas de mordida aumentaron como era de esperar, pero no llegaban al nivel del de el tiranosaurio, lo que sugiere que tuvo la mordedura más potente de cualquier animal terrestre.
Estudios anteriores han estimado que el mordisco del tiranosaurio tenía una fuerza de 8.000 a 13.400 newtons, pero dado el tamaño del animal, que se cree pesaba más de 6.000 kg, los investigadores sospecharon que su mordisco podría haber sido aún más poderoso. Los científicos de Liverpool desarrollaron un modelo informático para conocer cómo era esta dentellada, un método que ya ha sido utilizado para predecir las velocidades de carrera de los dinosaurios.
La fuerza del mordisco de un animal está en gran medida determinada por el tamaño de los músculos de la mandíbula. Usando sus modelos informáticos, los investigadores probaron una serie de valores alternativos del músculo, ya que no se conoce con precisión cómo eran los músculos de los dinosaurios. Incluso teniendo en cuenta los márgenes de error, el modelo todavía demostraba que el T. rex tenía un mordisco más potente de lo que se sugiere. Los menores valores previstos fueron de alrededor de 20.000 newtons, mientras que los mayores valores llegaron a los 57.000 newtons.
Los investigadores también encontraron que los resultados para las crías de T. rex juvenil eran más débiles que los del adulto. La gran diferencia entre las dos mediciones puede sugerir que el dinosaurio se sometió a un cambio en sus costumbres de alimentación a medida que crecía.
Velocidad y fuerza
Como explica Karl Bates, del departamento de Biología Musculoesquelética de la Universidad de Liverpool, «el poder de la mandíbula del tiranosaurio ha sido un tema muy debatido en los últimos años. Los científicos solo tienen el esqueleto para trabajar, ya que el músculo no sobrevive con el fósil, por lo que a menudo tenemos que confiar en el análisis estadístico o de comparaciones cualitativas de animales vivos, que difieren mucho en tamaño y forma de los dinosaurios gigantes y enigmáticos como el T. rex». En la medida que estos métodos son de alguna manera indirectos, «puede ser difícil obtener una visión objetiva de la forma en que los dinosaurios podrían haber funcionado y de lo que eran capaces».
«Nosotros tomamos lo que sabíamos sobre el esqueleto del T. rex y construimos un modelo informático que incorpora la anatomía principal y los factores fisiológicos que determinan el desarrollo del mordisco. A continuación, pedimos a la computadora que reprodujera el mordisco, por lo que podemos medir directamente su velocidad y su fuerza y compararlas con las de otros animales».
El investigador cree que sus resultados confirman que el tiranosaurio tenía un potente mordisco que le convertía en uno de los depredadores más peligrosos que hayan vagado por nuestro planeta.
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