Una manera obvia de contrarrestar los efectos del calentamiento global es aumentando el albedo de la Tierra, es decir, la capacidad del planeta de rebotar el calor del sol al espacio.
Las nubes, el polvo y otras partículas como las que lanzan los volcanes en erupción hacen esto de forma natural.
A principio de este año la compañía aeroespacial estadounidense Aurora Flight Sciences aseguró que se puede enfriar la Tierra en 1ºC o 2ºC lanzando millones de toneladas de dióxido de azufre a la estratosfera al año.
Una desventaja es el costo: cerca de US$10.000 millones al año.
Y otra, aún más importante, son las consecuencias indeseadas de intentar manipular la compleja red de interacciones que determinan el clima del planeta.
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